Cómo preparar a los hijos para unas navidades diferentes
El coronavirus también modificará las fiestas navideñas de este año. ¿De qué manera afectará esto a los más pequeños? ¿Disminuirá su ilusión? Esto es lo que debes hacer para vivir en familia unas navidades distintas, pero entrañables.
Sin reuniones familiares extensas, sin encuentros especiales… Las navidades del 2020, el año del coronavirus, serán muy distintas a las que hemos vivido hasta ahora. Para los niños, estas fiestas son uno de los momentos más esperados y no sabemos cómo les afectarán las restricciones y los cambios. ¿Qué se puede hacer para compensarlos y lograr que no dejen de ser unas fechas especiales?
Anticiparse a los cambios
Quizá pienses que es mejor no contarles previamente que estas navidades serán diferentes para que no pierdan la ilusión. Pero sería un error. Es inevitable que se acaben enterando por otros compañeros o por las noticias. Y es bueno anticiparles lo que va a suceder. Además, tal como explica Ana Borja, responsable del Área Infantil de Apai Psicólogos de Valencia, cuando están preparados antes se les da la posibilidad de reparar la situación, por ejemplo, “escribiendo una felicitación a los seres queridos, haciendo un vídeo para ellos o montando un collage con sus fotos para tenerlos presentes en casa”.
¿Cómo aceptarán la situación?
¿Cómo impactará todo ello en los más pequeños?
“Hasta los ocho o nueve años, los niños viven al día y no son tan conscientes de todas esas cosas, por lo que no van a echar de menos muchas de ellas”, subraya la psicóloga. Sin embargo, los niños más mayores y los adolescentes sí pueden acusar estos cambios. “Los adolescentes tienen mucha necesidad de contacto social y de estar con sus iguales; están más al tanto de lo que no podrán hacer y esto les causa frustración. Para ayudarlos hay que hablar con ellos con el objetivo de normalizar sus emociones. Podemos confesarles que también nos pasa a nosotros y proponerles, por ejemplo, hacer un listado con sus lugares soñados que ahora solo podrán tener en la imaginación, pero a los que podrán ir con el tiempo”,
Los niños deben saber que los Reyes Magos y Papá Noel siguen conservando su condición, a pesar de la pandemia. Es decir, podrán seguir viajando libremente por el mundo y entrando en las casas para dejar los regalos porque no se contagian ni contagian a nadie”, explica la especialista de Apai Psicólogos.
Aprender, a pesar de todo
El 2020 está siendo un año duro, pero podemos rescatar algunas enseñanzas positivas o, como apunta Ana Borja, “de una frustración sacar una fortaleza” que nos sirva para pasar una mejor Navidad a pesar de las restricciones. Por ejemplo:
- La importancia de estar con quienes queremos en nuestro hogar (al margen de compromisos sociales, regalos, trajes de gala…).
- El cuidado a los demás. Que podemos ejercer relacionándonos con personas queridas como los abuelos con la mascarilla puesta y en un lugar abierto, renunciando a estar juntos en otros momentos.
- El valor de la naturaleza, donde podremos hacer planes de aire libre para compensar otros que no serán posibles este año.
Cuando hay sitios vacíos
- Al margen del número máximo de personas que se puedan reunir en las celebraciones navideñas, en muchos hogares faltarán seres queridos debido a la pandemia. Serán unas fiestas muy tristes en este sentido. Como adultos, hay que ayudar a los niños a manejar el duelo en las fechas más señaladas. “No es bueno hacer como si no hubiera pasado nada, los niños no pueden ocultar las emociones. Cuando son muy pequeños aceptan la muerte de forma natural, pero cuando son mayores no”, destaca la especialista de Apai Psicólogos. “Hay que explicarles que es normal sentir añoranza y nostalgia, que nos pasa a nosotros también y enseñarles qué cosas nos hacen sentir mejor cuando estamos tristes. Los niños deben saber que la tristeza no es mala, sino que tiene una función, pero que no nos puede dominar, porque debemos tener recursos ante ella”, aclara.
Recobrar la ilusión
- Mientras, hay que procurar que estas fiestas también sean especiales. Gracias al confinamiento, muchas familias descubrieron el gran valor de estar juntas, incluso en un espacio reducido, sin más entretenimiento que una película, un juego de mesa o una manualidad. Tal como aconseja Ana Borja, “aprovechemos también esta Navidad más íntima para tomarnos las cosas con más calma y tranquilidad. Ya sabemos que otro ritmo era posible, e incluso saludable. Vivamos las novedades como un regalo y no como un castigo”. El objetivo es, pues, sentir la magia de la Navidad, a pesar de las circunstancias.